Gehry y Moneo

            Para esta primera reflexión nos encontramos con dos arquitectos que se encuentran en polos opuestos de la arquitectura cuando se refiere a su estilo de diseño. Podemos ver como Gehry y Moneo, ganadores de múltiples premios, tienen una mirada diferente a la hora de hacer arquitectura. Gehry, un arquitecto extrovertido y retante, y Moneo, un arquitecto conservador y tradicional. Ambos tienen sus fortalezas y han sabido aprovecharlas en sus prácticas arquitectónicas. Ellos nos dan dos puntos de vista como diseñadores donde nos confirman que no hay manera correcta o incorrecta de hacer arquitectura, ya sea que seas una persona más creativa o analítica, se pueden hacer buenos y fuertes diseños siendo tú mismo/a y maximizando tus fortalezas.

 

Personalmente soy una persona más analítica que creativa, no quiere decir que carezco de creatividad, sino que resuelvo los problemas creativos analizando. Mi fortaleza es resolver las plantas y el programa, pero inevitablemente, mi lado analítico se ve reflejado como diseños más “sencillos” y ortogonales. Humanamente me tiendo a comparar con mis talentosos compañeros, y aunque me siento satisfecha con mis plantas y la manera en que organizo el programa, no puedo evitar sentirme un poco insegura respecto al lado estético de ellos. Mientras que otros hacen fachadas y diseños bien experimentales y diferentes, yo tiendo a irme por lo clásico y más ortogonal. Estudiando el material para hacer esta reflexión, agradezco mucho la introducción de Rafael Moneo y su comparación con Frank Gehry.

 

               Ambos no solo son diferentes en estilo, sino también en personalidad. Moneo aparenta ser más culto y estructurado, mientras que Gehry es más atrevido y despreocupado. Frank Gehry se caracteriza por su estilo deconstructivista muy único y peculiar. Obras como el Museo Guggenheim en Bilbao y la Casa Danzante parecen ser sacadas de “Lazy Town”. Cuando alguien ve una de sus obras, saben que es de él. Por otro lado está Moneo, que es todo lo opuesto. Aunque su arquitectura no es sencilla, comparado con otros arquitectos puede verse un tanto conservadora. El Museo Nacional de Arte Romano y El Centro Kursaal en San Sebastián son dos de sus obras más importantes. Aunque puede que no sean obras tan arriesgadas como las de Gehry, sí tienen su nivel de complejidad. Moneo suele respetar y dejarse llevar por el contexto del proyecto y su trasfondo histórico, mientras que Gehry lo reta. Yo me veo más reflejada en el estilo de Moneo y me gusta haber encontrado un arquitecto con el que me pueda identificar.

 

Muchas veces en la carrera de la arquitectura sentimos (o al menos yo) que para ser bueno, reconocido y apreciado hay que hacer arquitectura bien diferente y arriesgada como la de Gehry, cuando en realidad no es así. Todos somos diferentes y ellos no son la excepción, son arquitectos con diferente visión y manera de llevar acabo la arquitectura. Hay arquitectura para todos los gustos y colores y ninguna es mejor que la otra. Debemos apreciar y aceptar nuestra manera de ser y aprovechar nuestras fortalezas para hacer la mejor arquitectura posible. 

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