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 El proceso creativo es un proceso iterativo y no es raro que una idea evolucione o cambie por completo durante el proceso de diseño. Es importante adoptar el cambio y la iteración, ya que pueden conducir a resultados más innovadores y exitosos. Si bien desviarse de la idea original puede ser frustrante, también puede ser una oportunidad para explorar nuevos conceptos, superar nociones preconcebidas y producir un mejor resultado final.

 

El diseño es un proceso orgánico en el que la idea inicial suele ser un punto de partida que debe desarrollarse y refinarse. Como diseñadores, debemos permanecer abiertos a los comentarios, explorar nuevas posibilidades y dejar espacio para que el diseño evolucione. A medida que avanza el diseño, podemos descubrir nueva información, encontrar mejores soluciones o cambiar las prioridades, lo que lleva a un cambio en el concepto de diseño. A veces, el proceso creativo puede conducir a una dirección completamente nueva y emocionante que no habíamos considerado antes.

 

Si bien es importante mantenerse flexible durante el proceso creativo, también es importante mantenerse conectado a tierra. Necesitamos asegurarnos de que todavía estamos cumpliendo con los objetivos del proyecto y que el producto final refleja las necesidades del cliente y los usuarios. Por lo tanto, es importante mantener a las partes interesadas involucradas en el proceso de diseño, comunicar los cambios y explicar la lógica detrás de la iteración.

 

En conclusión, la iteración y el cambio son intrínsecos al proceso creativo. Es importante estar abierto al cambio, aceptar nuevas posibilidades y explorar nuevas ideas para crear el mejor diseño posible. Como diseñadores, debemos lograr un equilibrio entre la innovación y la practicidad, asegurándonos de cumplir con los objetivos del proyecto y al mismo tiempo responder a las necesidades cambiantes del diseño. La voluntad de iterar y desarrollar una idea conducirá a un resultado más sólido y exitoso.